Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 7 de abril de 2015

Experiencia de encuentro (Jueves de la octava de Pascua)


Jesús se presentó en medio de ellos
(Lucas 24, 35-48)

La fe en Jesús resucitado, que es el único Jesús real y el único que puede salvamos, se basa, en primer lugar, en el testimonio de los testigos que lo vieron resucitado. Se basa en el testimonio de las mujeres que fueron las primeras en vedo cuando volvían del sepulcro; en el testimonio de los apóstoles Juan y Pedro; en el de los discípulos de Emaús; y en el de todos los discípulos reunidos en el Cenáculo, que es el testimonio que hoy acabamos de escuchar.

Sin embargo, como nos cuentan los Evangelios, este testimonio no basta. Hace falta también la experiencia de un encuentro personal con el Señor Resucitado. Los Apóstoles no creyeron en el testimonio de las mujeres; los discípulos de Emaús ni siquiera creyeron en el testimonio de Pedro y Juan. Hasta que, unos y otros, hicieron ellos mismos la experiencia del encuentro con el Señor. Tampoco nosotros podemos contentamos con escuchar sus testimonios y el de la Iglesia. Necesitamos hacer la experiencia de un encuentro personal con Cristo Resucitado en la intimidad de la oración o en la Eucaristía. Pidamos al Señor la gracia de sentirle vivo y presente a nuestro lado. 

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