Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 24 de marzo de 2015

Solidarizarse hasta en la muerte (Sábado de la 5ª Semana)


Jesús debía morir para reunir a los hijos de Dios dispersos
(Juan 11, 45-56)

Os conviene que uno muera por el pueblo, dijo el sumo sacerdote a sus colegas del Sanedrín. Como muchas veces en el cuarto evangelio, esta frase tiene un doble sentido. El primer sentido es crudamente político: os interesa que este hombre desaparezca para poder seguir nosotros aliados en el poder con los romanos. Sin embargo, desde el punto de vista de Dios, las palabras de Caifás revelan nada menos que el designio de la Trinidad de salvar a la humanidad entera. 

Pero ¿por qué motivo Jesús tiene que morir por el pueblo? No se trata de hacer pagar al único inocente los crímenes de toda la humanidad. Se trata de que el Hijo de Dios quiere solidarizarse en su muerte con todos y cada uno de los miembros de la familia humana, incluidos los más maltratados, de manera que nadie pueda decir con verdad que Dios no se interesa por su suerte; y que todos puedan tomar parte en la resurrección del Hijo de Dios. Éste es el gran misterio de la Pascua que pronto vamos a celebrar y que nos revela no sólo el amor de Jesús sino el de la Trinidad entera.

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