Parroquia La Milagrosa (Ávila)

viernes, 27 de marzo de 2015

Se traiciona lo que se ama (Martes Santo)


Uno de vosotros me va a entregar...
(Juan 13, 21-33.36-38)

Lo que más me impresiona del relato es comprobar que la traición se fragua en el círculo de los íntimos, de aquellos que han tenido acceso al corazón del Maestro. Jesús no sólo sufrió golpes, latigazos y crucifixión. Probablemente, sufrió más aún por la traición y el abandono de sus discípulos. Para Él, eran verdaderos amigos, como los llamó en cierta ocasión. A pesar de ello, uno de vosotros me va a entregar. A Jesús se le tuvo que partir el alma cuando les hizo esta confidencia, que, al mismo tiempo, era un aviso a Judas, con la esperanza de que diera marcha atrás. Pero la ambición tuvo más fuerza en el corazón de Judas que su amistad por Jesús.

El caso de Pedro no sería, para el Señor, menos doloroso que el de Judas. Era su discípulo más entusiasta, el primero que lo confesó como Mesías y el que había hecho tantas declaraciones de fidelidad hasta la muerte. Él también lo va a abandonar. Y Jesús, más que en sí mismo, piensa en sus discípulos: sabe que no lo abandonan por falta de amor ni por falta de fe, sino por pura debilidad. No puedes acompañarme ahora, me acompañarás más tarde. Aunque Pedro niegue a su Maestro, Jesús estará siempre a su lado para que un día sea capaz de confesado abiertamente ante el mundo entero. 

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