Parroquia La Milagrosa (Ávila)

martes, 10 de marzo de 2015

Puro regalo (Sábado de la 3ª Semana)


El publicano bajó a su casa justificado, y el fariseo no
(Lucas 18, 9-14)

El fariseo cometió el error de trasladar a la relación con Dios los mismos esquemas que empleamos en las relaciones humanas. En el plano humano, valoramos lo que vamos consiguiendo por nuestro propio esfuerzo, bien sea en los estudios, bien sea en nuestra profesión. Pero, cuando nos ponemos en presencia de Dios, entonces tenemos que admitir que todo es puro regalo, todo es gracia, todo es don de Dios, incluidas las buenas obras que, por su gracia, logramos hacer. Poder mejorar libremente nuestra propia vida con nuestras buenas obras es el mejor regalo que Dios nos puede hacer.

Nuestra vida entera es don de Dios: la luz que nos envuelve, el aire que respiramos, el universo entero. El perdón que necesitamos y nuestra salvación serán también un regalo de Dios, porque la salvación consistirá en compartir la vida misma de Dios. Creer todo esto nos llena de paz y nos hace más humildes, como al publicano. En una palabra, nos justifica, como dice Jesús. 

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