Parroquia La Milagrosa (Ávila)

jueves, 12 de marzo de 2015

Luz que no esconde (Domingo 4º de Cuaresma)


Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo
(Juan, 3, 14-21)


En la próxima Vigilia Pascual se encenderá la luz del Cirio Pascual, que es símbolo de Cristo resucitado, y cada uno de nosotros (con velas más pequeñas) iremos participando de esa luz. Será todo un símbolo de lo que estamos llamados a hacer en Pascua: reedificar nuestra vida y dejarnos iluminar por Cristo para vivir como verdaderos hijos de la luz.

Mientras llega este día grande para nuestra fe,  en el evangelio del domingo escuchamos en boca de Jesús, la decisión y el gesto, que provoca nuestra salvación …Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo único, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna… podemos decir con certeza que en Dios hay una voluntad indiscutible de amor y de salvación: Dios no quiere nuestra condenación. 

Pero todavía hay mucha gente que no termina de comprender que el Dios en quien creemos es Padre, nos ama, y nos mira con ternura y misericordia. 

Precisamente en la cruz de Cristo es donde el amor salvador de Dios se ha manifestado en toda su grandeza, por todos nosotros. La cruz de Cristo da luz a nuestros sufrimientos y nos muestra la cara misericordiosa de Dios. En el diálogo de Jesús con Nicodemo que hoy escuchamos, es esto lo que queda bien claro. 

El hombre necesita de Dios y sólo se realiza plenamente en el amor; el amor es Dios mismo. Por eso, en el signo de la cruz podrá contemplar el hombre la manifestación de ese amor infinito que Dios le tiene. 

Como nos recuerda San Pablo, Dios, rico en misericordia… Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos. Nosotros decimos que hemos sido recreados por la fuerza del Espíritu, nacidos de nuevo o de lo alto en la fuente bautismal; nueva vida marcada en lo más profundo de nuestro ser por el amor del Padre que nos da a su Hijo, verificada en nuestra acción por las obras.

Con fe, el hombre puede acoger este amor de Dios y sentirse plenamente feliz, realizado. Aprovechemos estos días de Cuaresma para revisar cuánto hay de luz y de sombras en nuestra vida de fe. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario